En EazyCity creemos firmemente en la inclusión, en la libertad de expresión y, lo que es más importante, creemos en la libertad de ser quienes queramos ser.
Ver a Madame Drusilla Foer, la encantadora y culta artista (alter ego de Gianluca Gori) dando un increíble discurso sobre la inclusión desde el escenario de la 72° Edición del Festival de Sanremo, el evento musical italiano más importante, nos recordó cuán vital es ser nosotros mismos, sin "máscaras" para complacer a la sociedad. El mensaje principal era escuchar a la gente con la mente abierta, sin prejuicios.
Nos gustaría compartir el discurso de Drusila:
“Diversidad es una palabra que no me gusta, tiene algo de comparativo y una distancia que no me convence.
Encuentro que las palabras son como los amantes: cuando ya no funcionan, hay que cambiarlas inmediatamente.
Busqué un término que pudiera reemplazar una palabra tan incompleta. Y lo encontré: Singularidad.
Me gusta, es una palabra que le gusta a todo el mundo. Todos pensamos que somos únicos.
¿Fácil? Para nada.
Necesitamos entender de qué está hecha nuestra singularidad, de qué estamos hechos.
Cosas hermosas. Las ambiciones, los valores, las convicciones, los talentos. Pero los talentos deben ser entrenados, seguidos. Debemos ser responsables de nuestras propias convicciones. Debemos cuidar nuestras propias fuerzas. No es así de fácil.
Ponerse en contacto con la singularidad de uno es un trabajo loco. ¿Cómo lo haces?
Tendría una manera. Todas las cosas que viven dentro de nosotros las tomamos de nuestras manos.
Los tomamos hermosos y los que pensamos que son feos y los levantamos de nuestras manos. Se elevan junto con nosotros, en la pureza del aire, en la libertad del viento, en la luz del sol, en un gran abrazo amoroso y gritamos: "¡Qué belleza, yo soy todas estas cosas!".
Será una locura genial. Y será genial abrazar nuestra singularidad. Intentemos el mayor acto revolucionario que se puede hacer hoy, que es escuchar. Escuchar a los demás, escuchar la singularidad.
Dejemos que nuestros pensamientos fluyan libremente sin prejuicios, sin vergüenza, y liberémonos del cautiverio de la quietud".